A la pregunta "¿Qué gente se necesita para que una ciudad tenga una alta calidad de vida?" ¿Que responderían?
¿Doctores y licenciados suficientes y suficientemente entrenados?; ¿educadores altamente capacitados?; ¿justos y honrados empresarios/comerciantes?; ¿audaces fuerzas de seguridad capaces de mantener la población de acuerdo al dictamen de las leyes?
¿Y si los basureros dejarán de trabajar?
¿Dónde estan el respeto y el reconocimiento que se merecen?
(Reflexión generalizable a todos los aspectos de la vida)
Como verán, luego de mi ausencia por hacerme el estudioso, aquí estoy de vuelta.
Como no va a haber malos profesionales si se dedican a aprobarnos los finales de la manera en que lo hacen =P
Pero bueno, ese es cuento para otro asado.
lunes, julio 19, 2010
sábado, julio 10, 2010
UNA MANO
Un regalo de cumpleaños me trajo mucha felicidad.
No fue ni un MP546 (ni se porque número van), ni un auto, ni un viaje París, ni un chupín que cambia de color según tu estado de ánimo (?), no.
Sobre la blanca pradera de límites definidos,
trazos de una mano que plasma cosas indefinibles,
sentimientos.
Una carta.
Una AMIGA.
(y con las letras bien en mayúsculas)
No fue ni un MP546 (ni se porque número van), ni un auto, ni un viaje París, ni un chupín que cambia de color según tu estado de ánimo (?), no.
Sobre la blanca pradera de límites definidos,
trazos de una mano que plasma cosas indefinibles,
sentimientos.
Una carta.
Una AMIGA.
(y con las letras bien en mayúsculas)
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lunes, julio 05, 2010
POR MÁS FUGAZ QUE SEA
¿Pensás que la bocina es mágica y tiene la capacidad de hacer flotar a los autos que tenés adelante?
O sea... ¿tan pelotudo podés ser?.
Y no es que todos los choferes de motos, autos, camionetas, camiones y colectivos se llamaron antes de que salgas de tu casa, dirigiéndote al trabajo o dónde sea, para ponerse de acuerdo en hacer que pases el tiempo encerrado en un infierno de gases perjudiciales para tu salud, no.
Maestro, tu bocina no sirve para nada, no rompas las pelotas, no la toques. Si no te la bancas, no sé, comprate un helicóptero. No tenés coronita, nadie te va a dejar pasar, todos están en la misma que vós.
Ah! cierto!, sos uno de los tantos imbéciles individualistas que no les impota más que vos, y, a lo sumo, tu familia.
¿Cuándo fué que la gente se volvió esto?¿cuándo fue que los individuos se cosificaron tanto?
¿Cuándo fue que devalorizaste el charlar con los demás?¿cuándo fue que te dejo de interesar rodearte de gente?. Después, no le eches la culpa a los demás de tu soledad, mejor fijate cómo tratas a la gente.
Mientras tanto, ojalá yo pueda seguir charlando sobre familias de señoras del tren que no conozco, con el panadero sobre nuestros equipos de basquet, con la estudiante de psicología sobre trabajos que le hacen un bien a la sociedad, con el señor que pasea al perro sobre como ve los cambios en el país entre 1960 y 2010, con la chica del tren sobre materias de la facultad.
Cuántas ganas de estar viviendo algún tiempo en un lugar dónde salude a cada uno de los que cruzo por la vereda, y que cada hola sea inicio de un diálogo, por más fugaz que sea.
O sea... ¿tan pelotudo podés ser?.
Y no es que todos los choferes de motos, autos, camionetas, camiones y colectivos se llamaron antes de que salgas de tu casa, dirigiéndote al trabajo o dónde sea, para ponerse de acuerdo en hacer que pases el tiempo encerrado en un infierno de gases perjudiciales para tu salud, no.
Maestro, tu bocina no sirve para nada, no rompas las pelotas, no la toques. Si no te la bancas, no sé, comprate un helicóptero. No tenés coronita, nadie te va a dejar pasar, todos están en la misma que vós.
Ah! cierto!, sos uno de los tantos imbéciles individualistas que no les impota más que vos, y, a lo sumo, tu familia.
¿Cuándo fué que la gente se volvió esto?¿cuándo fue que los individuos se cosificaron tanto?
¿Cuándo fue que devalorizaste el charlar con los demás?¿cuándo fue que te dejo de interesar rodearte de gente?. Después, no le eches la culpa a los demás de tu soledad, mejor fijate cómo tratas a la gente.
Mientras tanto, ojalá yo pueda seguir charlando sobre familias de señoras del tren que no conozco, con el panadero sobre nuestros equipos de basquet, con la estudiante de psicología sobre trabajos que le hacen un bien a la sociedad, con el señor que pasea al perro sobre como ve los cambios en el país entre 1960 y 2010, con la chica del tren sobre materias de la facultad.
Cuántas ganas de estar viviendo algún tiempo en un lugar dónde salude a cada uno de los que cruzo por la vereda, y que cada hola sea inicio de un diálogo, por más fugaz que sea.
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